May 16, 2025

Recordar el otro mundo
en este mundo
es vivir nuestro
verdadero patrimonio
David Whyte

En blogs anteriores escribí que el enfoque del Ser Generativo distingue dos mundos: (1) el mundo clásico de la mente consciente y (2) el mundo cuántico de la mente creativa inconsciente. Estos mundos son complementarios y se enriquecen mutuamente. El inconsciente creativo es el visionario, mientras que la mente consciente es el administrador. Ambas son necesarias para vivir una vida creativa y plena.

No necesitamos ambas mentes en todo momento. Para lo rutinario basta con la mente consciente. Pero cuando enfrentamos desafíos nuevos, necesitamos crear algo distinto. Es allí donde el trance generativo resulta beneficioso: ayuda a pensar distinto, vivir nuevas experiencias y actuar de nuevas maneras.

Cinco ideas clave sobre el trance:

1. El trance es un estado de absorción en el inconsciente creativo.
2. No hay dos trances iguales.
3. El trance es natural.
4. Es una necesidad psicobiológica.
5. La hipnosis es un contexto para dar forma al trance.

Trance es un estado de absorción en el inconsciente creativo

El trance implica una suspensión temporal de la mente consciente y una inmersión en el mundo cuántico de la mente inconsciente. Vivimos atrapados en la mente que planifica, define y narra. El trance permite salir de esa caja de identidad, soltando creencias y estructuras rígidas para abrirnos a posibilidades creativas.

No todos los trances son iguales

No todo trance es transformador. Algunos adormecen (televisión, distracción), otros son directamente negativos (depresión, ansiedad, adicción). Otros producen bienestar sin transformación. En mi formación, experimenté trances estandarizados para la investigación, que contrastaban fuertemente con la experiencia profunda y única que vivía con Erickson. En terapia buscamos un trance personal que permita ir más allá de los patrones conocidos.

Esto es el trance generativo: conectar profundamente con el inconsciente creativo, manteniendo presencia consciente para generar nuevos patrones. Una tercera presencia surge de esta unión, con un potencial transformador.

El trance es algo natural

El trance no es una experiencia extraña inducida por otro. Es parte de la vida humana. Lo experimentamos al leer, cocinar, meditar, caminar o escuchar música. Nos abrimos al inconsciente y dejamos que emerjan partes olvidadas de nuestra identidad. El trabajo de trance crea un campo seguro donde reorganizar nuestra experiencia.

Erickson no aprendió esto en libros, sino desde su vida. Enfrentó su parálisis con curiosidad, explorando memorias placenteras. Así reactivó funciones motoras perdidas. Fue un trance natural, guiado por su conexión interna.

Una necesidad psicobiológica

El trance, como otros estados no racionales, es esencial. Cuando la identidad se desestabiliza, el trance aparece espontáneamente. Lo importante es si se vuelve un trance positivo o negativo. Incluso los síntomas pueden ser “amigos del alma” si los trabajamos desde una conciencia generativa. El arte, como el trance, nos recuerda que hay algo más allá de lo ordinario.

El significado de la experiencia depende del estado de conciencia desde el cual la vivimos. No hay experiencias intrínsecamente negativas; lo que importa es la conexión relacional que tenemos con ellas.

La hipnosis es un contexto para dar forma al trance

El trance puede tomar muchas formas. Lo que lo hace útil es el contexto humano en el que ocurre. Cuando el contexto es seguro, respetuoso y creativo, cualquier experiencia puede volverse transformadora. Esta es la propuesta del trance generativo: transformar lo negativo desde un estado elevado de conciencia, con aceptación, recursos y presencia.